25. Después de haber inmolado el cordero del sacrificio de reparación, el sacerdote tomará sangre de la víctima de reparación y la pondrá sobre el lóbulo de la oreja derecha del que se purifica, y sobre el pulgar de su mano derecha y el pulgar de su pie derecho.





“Devemos odiar os nossos pecados, visto que o amor ao Senhor significa paz”. São Padre Pio de Pietrelcina