24. En efecto, si tú fuiste cortado de un olivo silvestre, al que pertenecías naturalmente, y fuiste injertado contra tu condición natural en el olivo bueno, ¡cuánto más ellos podrán ser injertados en su propio olivo, al que pertenecen por naturaleza!





“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraco com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina