Salmos, 147
3. sana a los que están afligidos y les venda las heridas.
3. sana a los que están afligidos y les venda las heridas.
El Salmo 147 es una canción de alabanza a Dios por su grandeza y poder, así como su bondad para su pueblo. El salmista comienza a alabar a Dios por su restauración de Jerusalén y su cuidado por los oprimidos, y luego exalta la grandeza de Dios en la creación y control sobre el universo.
Isaías 40:26: "Levanta los ojos y ves. ¿Quién creó estas cosas? El que hace que su ejército salga, llamándolos por su nombre; porque es grande en fuerza y fuerte en el poder, ninguno extrañará". Este versículo destaca la grandeza de Dios en la creación y su poder sobre el universo, temas que también se abordan en el Salmo 147.
Salmo 104:14-15: "Cultiva la hierba con animales y hierbas al servicio del hombre, para sacar la comida de la tierra y el vino que se regocija el corazón del hombre, y el aceite de oliva que lo hace brillar, y el pan que fortalece el corazón del hombre ". Este versículo habla sobre la provisión de Dios para las necesidades del hombre, un tema que también se aborda en el Salmo 147.
Salmo 139:2: "Conoces mi sentado y mi ascensor; con mucho, entiendes mi pensamiento". Este versículo destaca el conocimiento de Dios del hombre, un tema que se enfatiza en el Salmo 147 cuando el salmista alaba a Dios por su atención a los necesitados.
Salmo 33:13-14: "El Señor contempla de su santuario; del cielo observa a todos los hijos de los hombres; su vivienda contempla a todos los habitantes de la tierra". Este versículo destaca el control de Dios sobre el universo y su capacidad para ver todo lo que sucede, un tema que se aborda en el Salmo 147 cuando el salmista alaba a Dios por su poder y control.
Jeremias 31:35: "Assim diz o Senhor, que dá o sol para luz do dia e as leis fixas à lua e às estrelas para luz da noite, que agita o mar para que bramem as suas ondas; o Senhor dos Exércitos é o su nombre." Este versículo enfatiza la creación y el control de Dios sobre el universo, un tema que también se aborda en el Salmo 147.
“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina