II Corintios, 5

La Biblia de Jerusalén

1 Porque sabemos que si esta tienda, que es nuestra morada terrestre, se desmorona, tenemos un edificio que es de Dios: una morada eterna, no hecha por mano humana, que está en los cielos.

2 Y así gemimos en este estado, deseando ardientemente ser revestidos de nuestra habitación celeste,

3 si es que nos encontramos vestidos, y no desnudos.

4 ¡Sí!, los que estamos en esta tienda gemimos abrumados. No es que queramos ser devestidos, sino más bien sobrevestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.

5 Y el que nos ha destinado a eso es Dios, el cual nos ha dado en arras el Espíritu.

6 Así pues, siempre llenos de buen ánimo, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, vivimos lejos del Señor,

7 pues caminamos en la fe y no en la visión...

8 Estamos, pues, llenos de buen ánimo y preferimos salir de este cuerpo para vivir con el Señor.

9 Por eso, bien en nuestro cuerpo, bien fuera de él, nos afanamos por agradarle.

10 Porque es necesario que todos nosotros seamos puestos al descubierto ante el tribunal de Cristo, para que cada cual reciba conforme a lo que hizo durante su vida mortal, el bien o el mal.

11 Por tanto, conociendo el temor del Señor, tratamos de persuadir a los hombres, pues ante Dios estamos al descubierto, como espero que ante vuestras conciencias también estemos al descubierto.

12 No volvemos a recomendarnos ante vosotros; solamente queremos daros ocasión para gloriaros de nosotros y así tengáis cómo responder a los que se glorían de lo exterior, y no de lo que está en el corazón.

13 En efecto, si hemos perdido el juicio, ha sido por Dios; y si somos sensatos, lo es por vosotros.

14 Porque el amor de Cristo nos apremia al pensar que, si uno murió por todos, todos por tanto murieron.

15 Y murió por todos, para que ya no vivan para sí los que viven, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.

16 Así que, en adelante, ya no conocemos a nadie según la carne. Y si conocimos a Cristo según la carne, ya no le conocemos así.

17 Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo.

18 Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación.

19 Porque en Cristo estaba Dios reconciliando al mundo consigo, no tomando en cuenta las transgresiones de los hombres, sino poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación.

20 Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios!

21 A quien no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que viniésemos a ser justicia de Dios en él.




Versículos relacionados com II Corintios, 5:

El Capítulo 5 de 2 Corintios habla sobre la perspectiva cristiana de la muerte y la vida eterna. Pablo discute la importancia de estar en Cristo y el impacto que esto tiene en nuestra vida y nuestro destino final. También habla de nuestra responsabilidad como embajadores de Cristo para compartir el mensaje de reconciliación con Dios. Aquí hay cinco versos relacionados con estos temas:

Romanos 8:38-39: "Porque estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, los directores, ni las cosas futuras, ni los potestes, la altura, ni la profundidad, ni cualquier otra criatura que nos pueda separar del amor de Dios, quien está en Cristo Jesús nuestro Señor ". Este versículo habla sobre la seguridad que tenemos en Cristo que nada puede separarnos del amor de Dios, ni siquiera la muerte.

Juan 11:25-26: "Jesús le dijo: Soy resurrección y vida. El que cree en mí, a pesar de que él muere, vivirá; y todos los que viven y creen en mí no morirán, para siempre. Jesús promete la vida eterna a aquellos que creen en ellos, incluso si mueren físicamente.

Colosenses 3:4: "Cuando Cristo, que es nuestra vida, se manifiesta, entonces se manifestará con él en gloria". Este versículo habla sobre nuestra identidad en Cristo y el hecho de que nuestras vidas están en él. Cuando regrese, estaremos con él en gloria.

2 Timoteo 1:10: "Pero ahora se ha manifestado por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, quien abolió la muerte, y trajo a la luz la vida e incorción a través del evangelio". Jesús abolió la muerte y trajo la vida eterna a través del evangelio.

2 Corintios 5:20: "para que seamos embajadores de Cristo, como si Dios rezara por nosotros. Este versículo habla sobre nuestra responsabilidad como embajadores de Cristo, para compartir el mensaje de reconciliación con Dios con quienes nos rodean.



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