3. Destinó el rey una parte de su hacienda para los holocaustos, holocaustos de la mañana y de la tarde y holocaustos de los sábados, de los novilunios y de las solemnidades, según lo escrito en la Ley de Yahveh.





“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina