38. Y sucedió que estando él postrado en el templo de su dios Nisrok, sus hijos Adrammélek y Saréser le mataron a espada y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Su hijo Asarjaddón reinó en su lugar.





“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina