5. Los marineros tuvieron miedo y se pusieron a invocar cada uno a su dios; luego echaron al mar la carga del barco para aligerarlo. Jonás, mientras tanto, había bajado al fondo del barco, se había acostado y dormía profundamente.





“O amor nada mais é do que o brilho de Deus nos homens”. São Padre Pio de Pietrelcina