Mateo, 7

La Biblia de Jerusalén

1 «No juzguéis, para que no seáis juzgados.

2 Porque con el juicio con que juzguéis seréis juzgados, y con la medida con que midáis se os medirá.

3 ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu ojo?

4 ¿O cómo vas a decir a tu hermano: "Deja que te saque la brizna del ojo", teniendo la viga en el tuyo?

5 Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano.

6 «No deis a los perros lo que es santo, ni echéis vuestras perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen con sus patas, y después, volviéndose, os despedacen.

7 «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá.

8 Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al llama, se le abrirá.

9 ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra;

10 o si le pide un pez, le dé una culebra?

11 Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!

12 «Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas.

13 «Entrad por la entrada estrecha; porque ancha es la entrada y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella;

14 mas ¡qué estrecha la entrada y qué angosto el camino que lleva a la Vida!; y poco son los que lo encuentran.

15 «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con disfraces de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos?

17 Así, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.

18 Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.

19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y arrojado al fuego.

20 Así que por sus frutos los reconoceréis.

21 «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.

22 Muchos me dirán aquel Día: "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?"

23 Y entonces les declararé: "¡Jamás os conocí; apartaos de mí, agentes de iniquidad!"

24 «Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca:

25 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca.

26 Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena:

27 cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina.»

28 Y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedaba asombrada de su doctrina;

29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como sus escribas.




Versículos relacionados com Mateo, 7:

San Mateo 7 comienza con Jesús enseñando sobre juzgar a los demás, advirtiendo que seremos juzgados de la misma manera que juzgamos a los demás. Él continúa hablando sobre el camino estrecho y amplio, bueno y malo, y la importancia de practicar la voluntad de Dios. Jesús también habla de aquellos que lo llaman el Señor, pero no hagan la voluntad de Dios, y termina con la parábola de la casa construida en la roca y en la arena. Aquí hay cinco versos relacionados con estos temas:

Proverbios 21:2: "Cada forma del hombre es directo a sus propios ojos, pero el Señor investiga los corazones". Este versículo se relaciona con la idea de que el camino amplio puede parecer correcto a nuestros propios ojos, pero debemos someternos a la voluntad de Dios, quién conoce nuestros corazones.

Mateo 7:12: "Todo lo que quieres que otros te hagan, haganlos también. Esta es la esencia de la ley y los profetas". Aquí, Jesús enseña sobre hacerle a los demás lo que nos gustaría hacernos, lo que se relaciona con amar a los demás en cuanto a ellos mismos y practicar la voluntad de Dios.

Mateo 7:21: "No todos los que me dicen:" Señor, Señor ", entrará en el reino de los cielos, sino solo al que hace la voluntad de mi Padre en el cielo". Este versículo habla sobre la importancia de practicar la voluntad de Dios y no solo llamar al Señor de Jesús en palabras.

Mateo 7:24: "Por lo tanto, quién escucha estas mis palabras y las practica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca". Este versículo se relaciona con la parábola de la casa construida sobre la roca y la importancia de practicar las enseñanzas de Jesús.

Santiago 1:22: "No son solo oyentes de la palabra, engañándose a sí mismos. Practican lo que ella dice". Este versículo refuerza la idea de que la práctica de la palabra es fundamental en lugar de solo escuchar sin actuar.



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