8. Yo miraba los cuernos y observé que de en medio de ellos despuntaba otro cuerno, y que tres de los diez precedentes le eran arrancados para dar cabida a aquél. Vi también que el nuevo cuerno tenía ojos como los de un hombre y una boca que decía cosas monstruosas.





“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina