2. Este perdón consistirá en lo siguiente: todo acreedor perdonará a su prójimo todo lo que le haya prestado; no lo exigirá ya más de su prójimo, es decir, de su hermano, una vez proclamado el perdón del Señor.





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina