20. Iban hacia donde los impulsaba el espíritu; y las ruedas también se elevaban, porque el espíritu de los seres estaba en las ruedas.





“Quando a videira se separa da estaca que a sustenta, cai, e ao ficar na terra apodrece com todos os cachos que possui. Alerta, portanto, o demônio não dorme!” São Padre Pio de Pietrelcina