19. Sus amos, al ver que había desaparecido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas y los llevaron a la plaza pública ante las autoridades.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina