13. Cuando llegó, Elí estaba sentado en su silla, al lado de la puerta, a la expectativa, pues su corazón temía por el arca de Dios. El hombre entró en la ciudad para contarlo, y toda la ciudad comenzó a gritar.





“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina