II Macabeos, 3
16. No se podía mirar el rostro del sumo sacerdote sin quedar estremecido, pues su aspecto y su palidez demostraban la angustia de su interior.
16. No se podía mirar el rostro del sumo sacerdote sin quedar estremecido, pues su aspecto y su palidez demostraban la angustia de su interior.
“O Senhor se comunica conosco à medida que nos libertamos do nosso apego aos sentidos, que sacrificamos nossa vontade própria e que edificamos nossa vida na humildade.” São Padre Pio de Pietrelcina