9. Enterado Senaquerib del rumor de que Tirjaca, rey de Etiopía, había salido a luchar contra él, volvió a mandar mensajeros a Ezequías, diciendo:





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina