22. Entre tanto llegó Barac, que perseguía a Sísara. Yael salió a su encuentro y le dijo: "Ven, y te enseñaré al hombre a quien buscas". Entró con ella. Sísara yacía muerto, con el clavo en la sien.





“A ingenuidade e’ uma virtude, mas apenas ate certo ponto; ela deve sempre ser acompanhada da prudência. A astúcia e a safadeza, por outro lado, são diabólicas e podem causar muito mal.” São Padre Pio de Pietrelcina