Fundar 839 Resultados para: Ojo

  • Contestó, pues, a los mensajeros: «Vuelvan y cuéntenle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos se despiertan, y una buena nueva llega a los pobres. (Evangelio según San Lucas 7, 22)

  • Jesús entonces tomó los cinco panes y los dos pescados, levantó los ojos al cielo, pronunció la bendición, los partió y se los entregó a sus discípulos para que los distribuyeran a la gente. (Evangelio según San Lucas 9, 16)

  • Trae acá a tu hijo.» Cuando el muchacho se acercaba, el demonio lo arrojó al suelo con violentas sacudidas. Pero Jesús habló al espíritu malo en tono dominante, curó al muchacho y se lo devolvió a su padre. (Evangelio según San Lucas 9, 42)

  • Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: «¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven! (Evangelio según San Lucas 10, 23)

  • Tu ojo es la lámpara de tu cuerpo. Si tu ojo recibe la luz, toda tu persona tendrá luz; pero si tu ojo está oscurecido, toda tu persona estará en oscuridad. (Evangelio según San Lucas 11, 34)

  • Pero el presidente de la sinagoga se enojó porque Jesús había hecho esta curación en día sábado, y dijo a la gente: «Hay seis días en los que se puede trabajar; vengan, pues, en esos días para que los sanen, pero no en día sábado.» (Evangelio según San Lucas 13, 14)

  • Cuando des un banquete, invita más bien a los pobres, a los inválidos, a los cojos y a los ciegos. (Evangelio según San Lucas 14, 13)

  • Al regresar, el sirviente se lo contó a su patrón, que se enojó. Pero dijo al sirviente: «Sal en seguida a las plazas y calles de la ciudad y trae para acá a los pobres, a los inválidos, a los ciegos y a los cojos.» (Evangelio según San Lucas 14, 21)

  • El hijo mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió a suplicarle. (Evangelio según San Lucas 15, 28)

  • Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. (Evangelio según San Lucas 16, 23)

  • Mientras tanto el publicano se quedaba atrás y no se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: «Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador.» (Evangelio según San Lucas 18, 13)

  • Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios.» (Evangelio según San Lucas 18, 25)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina