Fundar 272 Resultados para: amor leal

  • ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor. (Carta a los Romanos 8, 39)

  • Que el amor sea sincero. Aborrezcan el mal y procuren todo lo bueno. (Carta a los Romanos 12, 9)

  • Que entre ustedes el amor fraterno sea verdadero cariño, y adelántense al otro en el respeto mutuo. (Carta a los Romanos 12, 10)

  • No tengan deuda alguna con nadie, fuera del amor mutuo que se deben, pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido con la Ley. (Carta a los Romanos 13, 8)

  • El amor no hace nada malo al prójimo; el amor, pues, es la manera de cumplir la Ley. (Carta a los Romanos 13, 10)

  • Entonces, si tú ofendes a tu hermano con lo que comes, ya no vives según el amor. No vayas a destruir con tu dieta a aquel por quien murió Cristo. (Carta a los Romanos 14, 15)

  • Pero les ruego, hermanos, en nombre de Cristo Jesús nuestro Señor y del amor, fruto del Espíritu, que recen a Dios por mí. Luchen conmigo rogando por mí, (Carta a los Romanos 15, 30)

  • ¿Qué prefieren?, ¿que vaya con un palo o con amor y amabilidad? (1º Carta a los Corintios 4, 21)

  • Hablemos de la carne sacrificada a los ídolos. Todos, por supuesto, hemos alcanzado el saber; pero el saber infla al hombre, mientras que el amor edifica. (1º Carta a los Corintios 8, 1)

  • Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe. (1º Carta a los Corintios 13, 1)

  • Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios, -el saber más elevado-, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta el amor nada soy. (1º Carta a los Corintios 13, 2)

  • Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve. (1º Carta a los Corintios 13, 3)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina