Fundar 288 Resultados para: buenas obras

  • Las conversaciones benévolas son como un panal de miel: agradables al paladar, buenas para la salud. (Proverbios 16, 24)

  • Tendrás que vomitar el bocado que hayas comido, y habrás perdido tus buenas palabras. (Proverbios 23, 8)

  • Tu dirás después: "¡No lo sabíamos!" Pero el que pesa los corazones ve claro, el que te observa lo sabrá; y recompensará a cada uno según sus obras. (Proverbios 24, 12)

  • Como un revestimiento de plata en un tiesto de barro, así son las buenas palabras de un corazón perverso. (Proverbios 26, 23)

  • Reconózcanle el trabajo de sus manos: un público homenaje merecen sus obras". (Proverbios 31, 31)

  • Emprendí grandes obras. Me edifiqué casas, me planté viñas, (Eclesiastés (Qohelet) 2, 4)

  • Luego reflexioné en todas las obras que había emprendido y en todas las molestias que me había costado su realización. Pues bien, no se retiene nada, se corre tras el viento; ¡no hay nada que ganar bajo el sol! (Eclesiastés (Qohelet) 2, 11)

  • Y vi que lo único que el hombre puede esperar es gozar del fruto de sus obras; porque esa es su condición. Pero, ¿quién le dará a conocer lo que pasará después? (Eclesiastés (Qohelet) 3, 22)

  • Desnudo sale el hombre del vientre de su madre, y desnudo volverá tal como vino. Nada podrá llevarse de todas las obras que realizaron sus manos. (Eclesiastés (Qohelet) 5, 14)

  • Reflexioné pues en todo eso y vi claramente que los justos, los sabios y sus obras están en las manos de Dios. ¿Lo quiere él o no? Los hombres no lo saben: les puede pasar cualquier cosa. (Eclesiastés (Qohelet) 9, 1)

  • Muchacho, conoce la felicidad, mientras seas joven, y toma temprano las buenas decisiones. Elige tu camino como mejor te parezca, sin olvidar que Dios te pedirá cuenta de todo. (Eclesiastés (Qohelet) 11, 9)

  • Así también nosotros, apenas nacimos desaparecimos; nos hemos agotado en nuestras malas obras y no tenemos mérito alguno que podamos mostrar". (Sabiduría 5, 13)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina