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Ustedes dirán: Al Señor, nuestro Dios, pertenece la justicia; a nosotros, en cambio, la vergüenza reflejada en el rostro, como sucede en el día de hoy: vergüenza para los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén, (Baruc 1, 15)
yo haré cesar en las ciudades de Judá y dentro de Jerusalén el grito de gozo y el grito de alegría, el canto del esposo y el canto de la esposa, y todo el país se convertirá en un desierto sin habitantes. (Baruc 2, 23)
Hijo de hombre, los habitantes de Jerusalén dicen esto de tus hermanos, de tus parientes y de toda la casa de Israel: "Ellos están lejos del Señor ; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesión". (Ezequiel 11, 15)
Y dirás a la población del país: Así habla el Señor a los habitantes de Jerusalén que viven en la tierra de Israel: Ustedes comerán su pan con ansiedad y beberán su agua con terror, para que el país quede horrorizado porque está lleno de la violencia de todos sus habitantes. (Ezequiel 12, 19)
Por eso, así habla el Señor: como a la leña de la vid, entre los árboles del bosque, la arrojé al fuego para que se consuma, así arrojo a los habitantes de Jerusalén. (Ezequiel 15, 6)
Hizo estragos en sus palacios, devastó sus ciudades; la tierra y sus habitantes se espantaron por el fragor de sus rugidos. (Ezequiel 19, 7)
A los habitantes de Jerusalén les parecerá que ese presagio es falso, porque tienen a su favor un juramento solemne. Pero él les recordará su delito, y serán capturados. (Ezequiel 21, 28)
Ellos entonarán por ti esta lamentación: "¡Cómo has desaparecido, barrida por los mares, tú, ciudad tan ilustre, poderosa en el mar, cuyos habitantes infundían terror en todo el continente! (Ezequiel 26, 17)
Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros. A bordo iban tus expertos, Tiro, ellos eran tus timoneles. (Ezequiel 27, 8)
Los habitantes de las costas lejanas están consternados por ti; a sus reyes se les erizaron los cabellos y tienen el rostro demudado. (Ezequiel 27, 35)
Entonces todos los habitantes de Egipto sabrán que yo soy el Señor. Porque tú has sido un apoyo de caña para la casa de Israel: (Ezequiel 29, 6)
Entonces los habitantes de las ciudades de Israel saldrán a encender fuego y quemarán las armas: broqueles y escudos, arcos y flechas, mazas y lanzas. Durante siete días se hará fuego con ellas. (Ezequiel 39, 9)