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Durante los siete días, el pan fermentado y la levadura no se verán en todo tu territorio. (Exodo 13, 7)
y por la mañana verán la gloria del Señor, ya que el Señor los oyó protestar contra él. Porque ¿qué somos nosotros para que nos hagan estos reproches?". (Exodo 16, 7)
Cuando ustedes, en su propia tierra, tengan que combatir contra un enemigo que venga a atacarlos, deberán tocar las trompetas profiriendo aclamaciones, y el Señor, su Dios, se acordará de ustedes, y se verán libres de sus enemigos. (Números 10, 9)
Entonces todos los pueblos de la tierra verán que tú eres llamado con el nombre del Señor, tu Dios, y te temerán. (Deuteronomio 28, 10)
hasta volverte loco a causa de lo que verán tus ojos. (Deuteronomio 28, 34)
Por la mañana dirás: "¡Ojalá fuera de tarde!", y por la tarde: "¡Ojalá fuera de mañana!", a causa del temor que sentirás y de lo que verán tus ojos. (Deuteronomio 28, 67)
Y las generaciones futuras -los niños que nacerán después de ustedes y los extranjeros que vendrán de tierras lejanas- verán las calamidades y las enfermedades que el Señor habrá infligido a ese país. (Deuteronomio 29, 21)
¿No estamos en la época de cosechar el trigo? Yo voy a invocar al Señor y él enviará truenos y lluvia; así ustedes reconocerán y verán qué grande es el mal que han cometido a los ojos del Señor, al pedir para ustedes un rey". (I Samuel 12, 17)
porque así habla el Señor: Ustedes no verán viento ni verán lluvia, pero esta quebrada se llenará de agua, para que beban ustedes, su ganado y sus bestias de carga. (II Reyes 3, 17)
Apenas el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras y dijo: "¿Acaso yo soy Dios, capaz de hacer morir y vivir, para que este me mande librar a un hombre de su enfermedad? Fíjense bien y verán que él está buscando un pretexto contra mí". (II Reyes 5, 7)
Por eso, voy a reunirte con tus padres: serás sepultado en paz y tus ojos no verán nada de la desgracia que atraeré sobre este lugar". Ellos llevaron la respuesta al rey. (II Reyes 22, 20)
No tendrán necesidad de combatir en esta ocasión: deténganse allí sin moverse y verán la salvación que el Señor les tienen preparada. ¡No teman ni se acobarden, Judá y Jerusalén! Salgan mañana a enfrentarse con ellos, porque el Señor estará con ustedes". (II Crónicas 20, 17)