Fundar 631 Resultados para: mujer estéril

  • Si un hombre se casa con una mujer y con la madre de esta, lo que hace es una depravación: tanto él como ellas serán quemados, para que no haya tal depravación entre ustedes. (Levítico 20, 14)

  • Si una mujer se acerca a una bestia para unirse con ella, matarán a la mujer y a la bestia: ambas serán castigadas con la muerte y su sangre caerá sobre ellas. (Levítico 20, 16)

  • Si un hombre se acuesta con una mujer en su período menstrual y tiene relaciones con ella, los dos serán extirpados de su pueblo, porque él ha puesto al desnudo la fuente del flujo de la mujer y ella la ha descubierto. (Levítico 20, 18)

  • Si un hombre se acuesta con la mujer de su tío paterno, es como si tuviera relaciones con este último: los que lo hagan cargarán con su culpa y morirán sin tener hijos. (Levítico 20, 20)

  • Si un hombre se casa con la mujer de su hermano, lo que hace es una indecencia, porque es como si tuviera relaciones con su hermano: los que lo hagan no tendrán hijos. (Levítico 20, 21)

  • El hombre o la mujer que consulten a los muertos o a otros espíritus, serán castigados con la muerte: los matarán a pedradas, y su sangre caerá sobre ellos. (Levítico 20, 27)

  • Pero nadie podrá incurrir en impureza ni profanarse por una mujer casada de su familia. (Levítico 21, 4)

  • Tampoco se casarán con una mujer envilecida por la prostitución, ni con una mujer divorciada de su marido, porque el sacerdote está consagrado a su Dios. (Levítico 21, 7)

  • No se casará con una viuda, ni con una divorciada, ni con una mujer envilecida por la prostitución. Lo hará solamente con una virgen de su propio pueblo, (Levítico 21, 14)

  • y si es una mujer, la suma será de treinta siclos. (Levítico 27, 4)

  • Si la edad es de cinco a veinte años, la suma será de veinte siclos por un varón y de diez por una mujer. (Levítico 27, 5)

  • Si la edad es de un mes a cinco años, la suma será de cinco siclos de plata por un varón y de tres por una mujer. (Levítico 27, 6)


“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina