Fundar 374 Resultados para: Jacob

  • Congrega todas las tribus de Jacob, dales su heredad como al principio. (Eclesiástico 36, 10)

  • La bendición de todos los hombres y la alianza las hizo reposar en la cabeza de Jacob. Le confirmó en sus bendiciones, y le otorgó su herencia. El dividió sus partes y las repartió entre las doce tribus. (Eclesiástico 44, 23)

  • Le hizo oír su voz, y le introdujo en la calígine; cara a cara le dio los mandamientos, la ley de vida y de saber, para enseñar a Jacob su alianza, y sus decretos a Israel. (Eclesiástico 45, 5)

  • Le dio, por sus mandamientos, potestad sobre las prescripciones legales, para enseñar a Jacob sus dictámenes e ilustrar a Israel en su ley. (Eclesiástico 45, 17)

  • Según la ley del Señor juzgó a la asamblea, y el Señor pueso sus ojos en Jacob. (Eclesiástico 46, 14)

  • Pero el Señor no renuncia jamás a su misericordia, no deja que se pierdan sus palabras ni que se borre la descendencia de su elegido, el linaje de quien le amó no extirpa. Por eso dio a Jacob un resto, y un brote a David salido de él. (Eclesiástico 47, 22)

  • fuiste designado en los reproches futuros, para calmar la ira antes que estallara, para hacer volver el corazón de los padres a los hijos, y restablecer las tribus de Jacob. (Eclesiástico 48, 10)

  • Cuanto a los doce profetas, que sus huesos reflorezcan en su tumba. Porque ellos consolaron a Jacob, y lo rescataron por la fidelidad y la esperanza. (Eclesiástico 49, 10)

  • y acudirán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte de Yahveh, a la Casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos y nosotros sigamos sus senderos.» Pues de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén la palabra de Yahveh. (Isaías 2, 3)

  • Casa de Jacob, andando, y vayamos, caminemos a la luz de Yahveh. (Isaías 2, 5)

  • Has desechado a tu pueblo, la Casa de Jacob, porque estaban llenos de adivinos y evocadores, como los filisteos, y con extraños chocan la mano; (Isaías 2, 6)

  • Aguardaré por Yahveh, el que vela su faz de la casa de Jacob, y esperaré por él. (Isaías 8, 17)


A humildade e a caridade são as “cordas mestras”. Todas as outras virtudes dependem delas. Uma é a mais baixa; a outra é a mais alta. ( P.e Pio ) São Padre Pio de Pietrelcina