Fundar 343 Resultados para: Plata
Tolomeo, hijo de Abubos, era el jefe de la región de Jericó. Tenía mucha plata y oro, (I Macabeos 16, 11)
Mandó también emisarios a Guézer con la orden de matar a Juan. Solicitó por carta de los comandantes de las tropas judías que se unieran a él, prometiéndoles plata, oro y regalos. (I Macabeos 16, 19)
que les dio la ley y les recomendó que no olvidaran los preceptos de Dios, y que no se dejaran seducir al ver los ídolos de oro y plata y sus adornos. (II Macabeos 2, 2)
y de Hircano, hijo de Tobías, persona de noble posición -contra las falsas denuncias del malvado Simón-; y que todo el tesoro era de trece mil seiscientos kilos de plata y seis mil seiscientos de oro; (II Macabeos 3, 11)
y prometió al rey en una audiencia doce mil doscientos kilos de plata y otros dos mil setecientos de algunas rentas; (II Macabeos 4, 8)
el criminal Jasón envió a la fiesta desde Jerusalén espectadores, ciudadanos antioquenos, que llevaban trescientas dracmas de plata para el sacrificio de Hércules; pero dijeron que no convenía emplearlas en el sacrificio, sino en otros gastos. (II Macabeos 4, 19)
Pero ganó la voluntad del rey, se hizo pasar por hombre de gran influencia y consiguió el sumo sacerdocio, ofreciendo diez mil doscientos kilos de plata más que Jasón. (II Macabeos 4, 24)
Antíoco robó sesenta y un mil kilos de plata del templo, y partió rápidamente para Antioquía, pensando en su orgullo y soñando en su vanagloria que podría navegar por tierra y andar a pie por el mar. (II Macabeos 5, 21)
Nicanor se proponía obtener sesenta y ocho mil kilos de plata con la venta de esclavos judíos, para pagar el tributo debido por el rey a los romanos. (II Macabeos 8, 10)
Así pues, pasó aviso a las ciudades del litoral para que vinieran a comprar esclavos judíos, prometiendo dar noventa esclavos por treinta y cuatro kilos de plata, no cayendo en la cuenta que la justicia de Dios omnipotente caería sobre él. (II Macabeos 8, 11)
Los soldados de Simón, seducidos por la avaricia, se dejaron comprar a precio de plata por los de las torres y, por setenta mil dracmas, dejaron escapar cierto número de ellos. (II Macabeos 10, 20)
Hizo una colecta soldado por soldado y reunió hasta dos mil dracmas de plata, que envió a Jerusalén para que ofrecieran un sacrificio por el pecado: acción elevada y noble, inspirada en el pensamiento de la resurrección. (II Macabeos 12, 43)