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y tú se lo llevarás a tu padre para que lo coma y después te bendiga antes de morir". (Génesis 27, 10)
Y Jacob dijo a su padre: "Soy Esaú, tu primogénito. He hecho lo que me mandaste; levántate y come de la caza, para que después me bendigas". (Génesis 27, 19)
Isaac dijo a Jacob: "Acércate, hijo mío, para que yo te palpe, a ver si eres mi hijo Esaú o no". (Génesis 27, 21)
Entonces le dijo: "Acércame la caza para que coma y después te bendiga". Jacob se la acercó y comió; le trajo también vino y bebió. (Génesis 27, 25)
Preparó también él un guisado, se lo llevó a su padre y le dijo: "Levántese mi padre y coma de la caza de su hijo para que me bendiga". (Génesis 27, 31)
Esaú continuó: "No por nada se llama Jacob; ya me ha suplantado dos veces. Se alzó con mi primogenitura, y ahora se ha llevado mi bendición". Y añadió: "¿No tienes ya bendición para mí?". (Génesis 27, 36)
Que él te dé la bendición de Abrahán, a ti y a tus descendientes contigo, para que poseas la tierra en que resides, la que Dios dio a Abrahán". (Génesis 28, 4)
Esaú vio que Isaac había bendecido a Jacob y le había enviado a Padán Arán para que se casara allí, y que al bendecirle le había dado esta orden: "No te cases con una cananea"; (Génesis 28, 6)
y que Jacob, obedeciendo a su padre y a su madre, había partido para Padán Arán. (Génesis 28, 7)
Jacob hizo esta promesa: "Si Dios está conmigo, me protege en este viaje que estoy haciendo y me da pan para comer, vestidos para cubrirme (Génesis 28, 20)
Después dijo a Labán: "Dame mi mujer, porque mi tiempo se ha cumplido, para que viva con ella". (Génesis 29, 21)
y Lía dijo: "¡Para dicha mía!, porque las mujeres me dirán dichosa". Y le llamó Aser. (Génesis 30, 13)