Fundar 361 Resultados para: sed

  • Todo el que lo encontraba lo devoraba, y sus enemigos decían: "En esto no hacemos ningún mal, porque han pecado contra el Señor, sede de la justicia, esperanza de sus padres". (Jeremías 50, 7)

  • Huid de Babilonia, salid del país de los caldeos, sed como machos cabríos a la cabeza del rebaño. (Jeremías 50, 8)

  • Y mandaré a Babilonia aventadores para aventarla y limpiar su país. Pues la van a asediar por todas partes en el día de la desgracia. (Jeremías 51, 2)

  • Orden dada por el profeta Jeremías a Serayas, hijo de Nerías, hijo de Majsías, cuando partió con Sedecías, rey de Judá, a Babilonia, el año cuarto de su reinado. Serayas era el mayordomo de viaje. (Jeremías 51, 59)

  • Veintiún años tenía Sedecías cuando subió al trono, y reinó en Jerusalén once años. Su madre se llamaba Jamital, hija de Jeremías, nativo de Libná. (Jeremías 52, 1)

  • Lo que sucedió en Jerusalén y Judá fue a causa de la ira del Señor, hasta llegar a rechazarla de su presencia. Sedecías se rebeló contra el rey de Babilonia. (Jeremías 52, 3)

  • Y en el año noveno de su reinado, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, llegó con todo su ejército contra Jerusalén. Acampó junto a ella y levantó alrededor un terraplén de asedio. (Jeremías 52, 4)

  • La ciudad estuvo cercada hasta el año undécimo de Sedecías. (Jeremías 52, 5)

  • Pero el ejército de los caldeos salió en persecución del rey, y dieron alcance a Sedecías en la llanura de Jericó; todos sus hombres lo abandonaron y se dispersaron. (Jeremías 52, 8)

  • El rey de Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedecías, ante sus propios ojos; asimismo degolló en Ribla a todos los dignatarios de Judá. (Jeremías 52, 10)

  • Luego sacó los ojos a Sedecías y lo aherrojó con una doble cadena de bronce; finalmente, el rey de Babilonia lo llevó a Babilonia y lo metió en la cárcel, donde estuvo hasta el día de su muerte. (Jeremías 52, 11)

  • De sed, la lengua de los niños de pecho se pega al paladar; los pequeños piden pan, no hay quien se lo dé. (Lamentaciones 4, 4)


“Seja paciente nas aflições que o Senhor lhe manda.” São Padre Pio de Pietrelcina