9. El nos ha salvado y nos ha llamado para una vocación santa, no como premio a nuestros méritos, sino gratuitamente y por iniciativa propia. Esta llamada, que nos concedió en Cristo Jesús desde la eternidad,





“Tenhamos sempre horror ao pecado mortal e nunca deixemos de caminhar na estrada da santa eternidade.” São Padre Pio de Pietrelcina