13. Se alegró Ezequías por su venida y enseñó a los enviados su cámara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite oloroso, sus armas y todo cuanto había en el tesoro. No hubo cosa en su palacio, ni de todo lo que poseía, que Ezequías no mostrara.





“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina