Isaías, 2
22. No confíen más en el hombre, pues no dura más que el soplo de sus narices: ¿para qué estimarlo tanto?
22. No confíen más en el hombre, pues no dura más que el soplo de sus narices: ¿para qué estimarlo tanto?
“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina