11. Sólo que cuando Nabucodonosor, rey de Babilonia, invadió nuestro país, nos dijimos: "Vamos a Jerusalén para escapar del ejército de los caldeos y del de Siria." Y nos hemos establecido en Jerusalén.»





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina