4. Su suegro, el padre de la muchacha, lo retuvo, así que se quedó con él tres días; comieron, bebieron y pasaron allí la noche.





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina