Löydetty 171 Tulokset: Ídolos

  • En cuanto a los levitas que se alejaron de mí cuando Israel me dejó para seguir a sus ídolos, cargarán con el peso de su pecado. (Ezequiel 44, 10)

  • Pero ya que tomaron para sí el servicio a los ídolos y fueron para la gente de Israel una ocasión de pecado, levanto mi mano para condenarlos - palabra de Yavé: cargarán con el peso de su pecado. (Ezequiel 44, 12)

  • Le dijo el rey: «¿Por qué no adoras a Bel?» El respondió: «Porque yo no venero a ídolos hechos por mano del hombre, sino sólo al Dios vivo que hizo el cielo y la tierra y que tiene poder sobre todo viviente.» (Daniel 14, 5)

  • Porque también por muchos días los hijos de Israel quedarán sin rey, sin jefe, sin sacrificios, sin piedras sagradas, sin consultas a Yavé y sin ídolos para proteger la casa. (Oseas 3, 4)

  • Efraím se ha aliado con los ídolos; ¡que su Dios lo deje, pues! Se despiertan de su borrachera para salir con prostitutas y prefieren su vergonzoso ídolo a mi Gloria. (Oseas 4, 17)

  • Se han elegido reyes sin que esto viniera de mí; se han dado jefes que yo no conocía. Con su oro y su plata se han fabricado ídolos, y yo se los quitaré. (Oseas 8, 4)

  • Efraím monta guardia ante mi Dios y el profeta trata de impedir que el enemigo llegue de sorpresa, anunciando el ataque contra el templo de sus ídolos. (Oseas 9, 8)

  • Pero mientras los llamaba, más se alejaban de mí. Ofrecieron sacrificios a los baales y quemaron incienso ante los ídolos. (Oseas 11, 2)

  • Efraím, ¿qué tienes ya que ver con los ídolos? Yo te miro y aguardo tu respuesta, yo que soy como un ciprés siempre verde: si tienes frutos, esto te viene de mí. (Oseas 14, 9)

  • Quédense, pues, con los ídolos que se han fabricado, con Sicut, su rey, y la estella de Queván, su dios, (Amós 5, 26)

  • Los que sirven los ídolos vanos sacrifican sus esperanzas; (Jonás 2, 9)

  • Todas sus estatuas serán hechas pedazos y sus ídolos serán tirados al fuego, porque las compraron con el salario de sus prostitutas y pasarán a ser salario de prostitutas. (Miqueas 1, 7)


“Para mim, Deus está sempre fixo na minha mente e estampado no meu coração.” São Padre Pio de Pietrelcina