Löydetty 85 Tulokset: árbol

  • también ellos se construyeron santuarios en las lomas, cipos e ídolos en toda colina elevada y bajo todo árbol frondoso. (1 Reyes 14, 23)

  • Caminó por el desierto todo un día y se sentó bajo un árbol. Allí deseó la muerte y se dijo: «Ya basta, Yavé. Toma mi vida, pues yo voy a morir como mis padres.» (1 Reyes 19, 4)

  • Después se acostó y se quedó dormido debajo del árbol. Un ángel vino a tocar a Elías y lo despertó diciendo: «Levántate y come.» (1 Reyes 19, 5)

  • Se apoderarán de todas las ciudades fortificadas, cortarán todo árbol frutal, taparán todos los manantiales y echarán piedras en todo campo arado.» (2 Reyes 3, 19)

  • Estaba uno derribando un árbol cuando se le cayó el hacha al río, y exclamó: «¡Ay, mi señor, un hierro que me habían prestado!» (2 Reyes 6, 5)

  • Ofreció sacrificios en los santuarios de las lomas, en las colinas y bajo todo árbol frondoso. (2 Reyes 16, 4)

  • Se pusieron imágenes y troncos sagrados sobre todas las lomas y bajo todo árbol frondoso. (2 Reyes 17, 10)

  • Ofrecía sacrificios y quemaba incienso en los santuarios altos, sobre las lomas y bajo todo árbol frondoso. (2 Crónicas 28, 4)

  • Entonces mandaron a decir en todas las ciudades y en Jerusalén: «Vayan al cerro y traigan ramas de olivo, de pino, de mirto, de palmeras y de cualquier árbol con muchas hojas, para hacer cabañas de acuerdo a lo ordenado.» (Nehemías 8, 15)

  • Lo mejor de nuestros cereales, de los frutos de todo árbol, del vino y del aceite se lo traeremos a los sacerdotes, para guardarlo en los departamentos de la Casa de nuestro Dios; también traeremos los diezmos de nuestro campo para los levitas. Los levitas cobrarán el diezmo en todas las ciudades campestres. (Nehemías 10, 38)

  • El árbol tiene una esperanza: pues, si es cortado, aún pueden salirle renuevos, que seguirán brotando. (Job 14, 7)

  • El seno que lo formó se olvida de él, y su nombre no se recuerda más: la maldad ya no es más que un árbol cortado. (Job 24, 20)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina