Löydetty 242 Tulokset: Arca del Pacto

  • Yo había hecho ese pacto con mis ojos de ni siquiera mirar a una doncella. (Job 31, 1)

  • del pacto que con Abrahán concluyó, y de su juramento a Isaac. (Salmos 105, 9)

  • Hemos sabido que el Arca está en Efrata, la encontramos en los campos de Jaar. (Salmos 132, 6)

  • ¡Levántate, Señor, y ven a tu reposo, tú y el Arca de tu fuerza! (Salmos 132, 8)

  • Entonces, todos en el pueblo se aterrorizaron. Decían: «Estos hombres no son buenos ni sinceros, pues han violado el pacto que hicieron con juramento.» (1 Macabeos 7, 18)

  • Se dice también en estos escritos del pasado que el profeta Jeremías, obedeciendo a órdenes del Cielo, se hizo acompañar por el Arca de la Alianza con su toldo y fue al cerro donde Moisés había subido y desde el cual había contemplado la tierra prometida. (2 Macabeos 2, 4)

  • Allí Jeremías encontró una caverna; metió en ella el Arca, el toldo que la cubría y el altar del incienso y luego tapó la entrada con piedras. (2 Macabeos 2, 5)

  • El rey, excitado e influenciado por las calumnias de aquel malvado, se enfureció y escribió a Nicanor para comunicarle su disgusto por el pacto y ordenarle que de inmediato le mandara encadenado a Macabeo a Antioquía. (2 Macabeos 14, 27)

  • Los impíos sin embargo llaman a la muerte con gestos y palabras; ven en ella a una amiga y se han prendado de ella; han hecho con ella un pacto y se hacen merecedores de caer en sus manos. (Sabiduría 1, 16)

  • será roto su contrato con la Muerte y su pacto con el Lugar de los Muertos quedará sin efecto. Pasará el vendaval destructor, y a ustedes se los llevará. (Isaías 28, 18)

  • Y cuando ustedes sean muchos y prosperen en el país, ya no se hablará más del Arca de la Alianza de Yavé, ni pensarán más en ella, ni la recordarán más, ni la echarán de menos, ni la harán de nuevo. (Jeremías 3, 16)

  • Preguntarán por el camino hacia Sión, y mirando a ella, dirán: «Vengan, unámonos a Yavé con pacto eterno e inolvidable.» (Jeremías 50, 5)


“A prática das bem-aventuranças não requer atos de heroísmo, mas a aceitação simples e humilde das várias provações pelas quais a pessoa passa.” São Padre Pio de Pietrelcina