Löydetty 524 Tulokset: Bel

  • Ustedes mismos en otro tiempo se quedaron aparte, y con sus obras malas actuaron como rebeldes. (Carta a los Colosenses 1, 21)

  • Todo eso quiere ser sabiduría, religión, humildad y desprecio del cuerpo, pero no sirve de nada cuando la carne se rebela. (Carta a los Colosenses 2, 23)

  • el rebelde que se pone por encima de todo lo que es considerado divino y sagrado, que incluso pondrá su trono en el templo de Dios para mostrar que él es Dios. (2º Carta a los Tesalonicenses 2, 4)

  • La Ley no fue instituida para los justos, sino para la gente sin ley, para los rebeldes, impíos y pecadores, para los que no respetan a Dios ni la religión, para los corrompidos e impuros, para los que matan a sus padres y para los asesinos; (1º Carta a Timoteo 1, 9)

  • Reprenderá a los rebeldes con dulzura: quizá Dios les conceda que se conviertan y descubran la verdad, (2º Carta a Timoteo 2, 25)

  • los hombres serán egoístas, amantes del dinero, farsantes, orgullosos, chismosos, rebeldes con sus padres, ingratos, sin respeto a la religión; (2º Carta a Timoteo 3, 2)

  • Deben ser hombres intachables, casados una sola vez. Es preciso que sus hijos sean creyentes y que no puedan ser acusados de mala conducta o de ser rebeldes. (Carta a Tito 1, 6)

  • Porque hay muchos espíritus rebeldes, charlatanes y engañadores, sobre todo entre los de origen judío. (Carta a Tito 1, 10)

  • Pretenden conocer a Dios, pero lo niegan con su modo de actuar; son seres rebeldes que Dios no puede soportar y no sirven para ninguna obra buena. (Carta a Tito 1, 16)

  • Por eso, en vista de la comunión que existe entre ti y yo, recíbelo como si fuera yo. (Carta a Filemon 1, 17)

  • ¿A quiénes juró Dios que no entrarían en su lugar de descanso? A aquellos rebeldes, por supuesto, (Carta a los Hebreos 3, 18)

  • solamente queda la perspectiva tremenda del juicio y del fuego que devorará a los rebeldes. (Carta a los Hebreos 10, 27)


“É doce o viver e o penar para trazer benefícios aos irmãos e para tantas almas que, vertiginosamente, desejam se justificar no mal, a despeito do Bem Supremo.” São Padre Pio de Pietrelcina