Löydetty 54 Tulokset: Conocen

  • Y por la mañana: Con este cielo rojo obscuro, hoy habrá tormenta. Ustedes, pues, conocen e interpretan los aspectos del cielo, ¿y no tienen capacidad para las señales de los tiempos? (Evangelio según San Mateo 16, 3)

  • Les contestó Juan: «Yo bautizo con agua, pero en medio de ustedes hay uno a quien ustedes no conocen, (Evangelio según San Juan 1, 26)

  • Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. (Evangelio según San Juan 4, 22)

  • Pero él les contestó: «El alimento que debo comer, ustedes no lo conocen.» (Evangelio según San Juan 4, 32)

  • Entonces Jesús dijo en voz muy alta mientras enseñaba en el Templo: «Ustedes dicen que me conocen. Ustedes saben de dónde vengo. Sepan que yo no he venido por mi propia cuenta: quien me envía es el Verdadero, y ustedes no lo conocen. (Evangelio según San Juan 7, 28)

  • Le preguntaron: «¿Dónde está tu Padre?» Jesús les contestó: «Ustedes no me conocen a mí ni a mi Padre; si me conocieran a mí, conocerían también a mi Padre.» (Evangelio según San Juan 8, 19)

  • Ustedes no lo conocen, yo sí lo conozco, y si dijera que no lo conozco, sería un mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y guardo su palabra. (Evangelio según San Juan 8, 55)

  • Cuando ha sacado todas sus ovejas, empieza a caminar delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz. (Evangelio según San Juan 10, 4)

  • A otro no lo seguirían, sino que huirían de él, porque no conocen la voz de los extraños.» (Evangelio según San Juan 10, 5)

  • Yo soy el Buen Pastor y conozco los míos como los mios me conocen a mí, (Evangelio según San Juan 10, 14)

  • Para ir a donde yo voy, ustedes ya conocen el camino.» (Evangelio según San Juan 14, 4)

  • Si me conocen a mí, también conocerán al Padre. Pero ya lo conocen y lo han visto.» (Evangelio según San Juan 14, 7)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina