Löydetty 96 Tulokset: Elegido

  • Mira ahora que Yavé te ha elegido para edificar una Casa que sea su santuario. Sé fuerte y manos a la obra.» (1 Crónicas 28, 10)

  • Desde que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, no he elegido ninguna ciudad entre todas las tribus de Israel, para edificar una Casa en la que esté mi nombre; ni elegí varón que estuviera al frente de mi pueblo Israel, (2 Crónicas 6, 5)

  • sino que he elegido a Jerusalén, para que esté allí mi Nombre, y elegí a David, para que esté al frente de mi pueblo Israel. (2 Crónicas 6, 6)

  • Si tu pueblo va a la guerra contra tus enemigos por el camino que tú le envías, si rezan a ti, vueltos hacia esta ciudad que tú has elegido, y hacia la Casa que yo he construido a tu nombre, (2 Crónicas 6, 34)

  • si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en el país de su destierro al que fueron deportados, y te suplican vueltos hacia la tierra que tú diste a sus padres y hacia la ciudad que tú has elegido y hacia la Casa que yo he edificado a tu nombre, (2 Crónicas 6, 38)

  • Entonces Yavé se le apareció a Salomón por la noche y le dijo: «He oído tu oración y me he elegido este lugar como Casa en que me ofrezcan sacrificios. (2 Crónicas 7, 12)

  • Había todavía cosas buenas en Judá. Se afianzó, pues, el poder del rey Roboam en Jerusalén. Roboam tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que había elegido Yavé de entre todas las tribus de Israel para poner en ella su nombre. La madre de Roboam era amonita y se llamaba Noama. (2 Crónicas 12, 13)

  • Hijos míos, no sean ya descuidados, porque Yavé los ha elegido a ustedes para que le sirvan en su ministerio, para ser sus ministros y para quemarle incienso.» (2 Crónicas 29, 11)

  • Colocó el ídolo que había fabricado en la Casa de Yavé, de la cual había dicho Dios a David y a Salomón su hijo: «En esta Casa y en Jerusalén, que he elegido entre las tribus de Israel, pondré mi Nombre para siempre. (2 Crónicas 33, 7)

  • Yo aprendí desde niña, en mi familia, que tú, Señor, has elegido a Israel entre todas las naciones y a nuestros padres entre sus antepasados para que fueran por siempre tu heredad, y has cumplido con ellos tus promesas. (Ester 14, 5)

  • He elegido, mi Dios, hacer tu voluntad, y tu Ley está en el fondo de mi ser". (Salmos 40, 9)

  • Feliz tu invitado, tu elegido para hospedarse en tus atrios. Sácianos con los bienes de tu casa, con las cosas sagradas de tu Templo. (Salmos 65, 5)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina