Löydetty 497 Tulokset: Espíritu

  • entreguen ese hombre a Satanás; que vengan sobre él desgracias, pero que se salve el espíritu en el día del juicio. (1º Carta a los Corintios 5, 5)

  • Tal fue el caso de algunos de ustedes, pero han sido lavados, han sido santificados y rehabilitados por el Nombre de Cristo Jesús, el Señor, y por el Espíritu de nuestro Dios. (1º Carta a los Corintios 6, 11)

  • En cambio, el que se une al Señor se hace un solo espíritu con él. (1º Carta a los Corintios 6, 17)

  • ¿No saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes? Ya no se pertenecen a sí mismos. (1º Carta a los Corintios 6, 19)

  • De igual manera la mujer soltera y la joven sin casar se preocupan del servicio del Señor y de ser santas en su cuerpo y en su espíritu. Mientras que la casada se preocupa de las cosas del mundo y de agradar a su esposo. (1º Carta a los Corintios 7, 34)

  • De todos modos será más feliz si permanece sin casarse; éste es mi consejo. Y creo que yo también tengo el Espíritu de Dios. (1º Carta a los Corintios 7, 40)

  • Ahora les digo que ninguno puede gritar: «¡Maldito sea Jesús!» si el espíritu es de Dios; y nadie puede decir: «¡Jesús es el Señor!», sino con un espíritu santo. (1º Carta a los Corintios 12, 3)

  • Hay diferentes dones espirituales, pero el Espíritu es el mismo. (1º Carta a los Corintios 12, 4)

  • La manifestación del Espíritu que a cada uno se le da es para provecho común. (1º Carta a los Corintios 12, 7)

  • A uno se le da, por el Espíritu, palabra de sabiduría; a otro, palabra de conocimiento según el mismo Espíritu; (1º Carta a los Corintios 12, 8)

  • a otro, el don de la fe, por el Espíritu; a otro, el don de hacer curaciones, por el único Espíritu; (1º Carta a los Corintios 12, 9)

  • a otro, poder de hacer milagros; a otro, profecía; a otro, reconocimiento de lo que viene del bueno o del mal espíritu; a otro, hablar en lenguas; a otro, interpretar lo que se dijo en lenguas. (1º Carta a los Corintios 12, 10)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina