Löydetty 329 Tulokset: Jur
No se mezclarán con esas naciones que subsisten entre ustedes. No invocarán a sus dioses ni jurarán por su nombre; no los servirán ni se agacharán ante ellos. (Josué 23, 7)
Cuando se sentían con fuerza para atacar, Yavé se ponía contra ellos y les mandaba la mala suerte, como se lo había advertido y dicho con juramento. Su situación llegó a ser muy angustiosa. (Jueces 2, 15)
Le dijeron: «Hemos bajado para amarrarte y entregarte en manos de los filisteos.» Sansón les dijo: «Júrenme que ustedes mismos no me matarán.» (Jueces 15, 12)
Los hombres de Israel habían jurado en Mizpá: «Ninguno de nosotros dará su hija en matrimonio a alguno de Benjamín.» (Jueces 21, 1)
Dijeron los israelitas: «¿Quién de entre todas las tribus de Israel no acudió a la asamblea ante Yavé?» Porque se había jurado solemnemente que el que no subiera a Mizpá ante Yavé tenía que morir. (Jueces 21, 5)
¿qué haremos para proporcionar mujeres a los que quedan? Pues nosotros hemos jurado por Yavé no darles nuestras hijas en matrimonio» (Jueces 21, 7)
Nosotros no podemos darles nuestras hijas, ya que hemos pronunciado este juramento: Maldito sea el que dé mujer a Benjamín.» (Jueces 21, 18)
Por esto juro que la familia de Helí no podrá borrar jamás su falta ni con sacrificios ni con ofrendas.» (1 Samuel 3, 14)
Pero Saúl había hecho este juramento ante el pueblo (lo que fue un gran error de Saúl): «Maldito sea el hombre que coma algo antes de la noche, antes que me haya vengado de mis enemigos.» Y nadie del pueblo había comido, sino que todos ayunaban. (1 Samuel 14, 24)
pero a pesar de que la vieron corriendo en el suelo, nadie se atrevió a tomarla, ya que temían el juramento del rey. (1 Samuel 14, 26)
Jonatán, que no había oído el juramento que su padre pronunció ante el pueblo, alargó la punta del bastón que tenía en la mano, la mojó en un panal de miel y se la llevó a la boca; sus ojos brillaban al recobrar el vigor. (1 Samuel 14, 27)
Uno de los que estaban ahí le dijo: «Tu padre dijo al pueblo, obligándolo con juramento: Maldito el hombre que hoy coma algo.» (1 Samuel 14, 28)