Löydetty 226 Tulokset: Levitas
Al segundo día, los jefes de familia, los sacerdotes y levitas se reunieron junto al maestro de la Ley, Esdras, para enterarse de la Ley. (Nehemías 8, 13)
Josué, Baní, Cadmiel, Sebanías, Buni, Serebías, Baní y Quenaní se levantaron en la tarima de los levitas y clamaron en alta voz hacia Yavé, su Dios, (Nehemías 9, 4)
y los levitas Josué, Cadmiel, Baní, Jasabnía, Seregías, Hodías, Sebanías y Petafías dijeron: «Levántense, bendigan a Yavé, nuestro Dios, desde siempre y para siempre. Bendito sea tu nombre glorioso que sobrepasa toda bendición y alabanza.» (Nehemías 9, 5)
De acuerdo con todo esto, nosotros tomamos un firme compromiso por escrito. El documento ha fue firmado por nuestros jefes, nuestros levitas y nuestros sacerdotes: (Nehemías 10, 1)
Luego los levitas: Josué, hijo de Azanías, Binuy, de los hijos de Jenadad, Cadmiel, (Nehemías 10, 10)
Y el resto del pueblo, de los sacerdotes y de los levitas, los porteros, los cantores y los ayudantes, y todos cuantos se habían separado de los habitantes del país para seguir la Ley de Dios junto con sus mujeres y sus hijos e hijas en edad de comprender. (Nehemías 10, 29)
Entre sacerdotes, levitas y gente del pueblo hemos echado a suertes la ofrenda de leña que cada familia por turno debe traer cada año a la Casa de Yavé, para mantener el fuego en el altar de Yavé, nuestro Dios, según está escrito en la Ley. (Nehemías 10, 35)
Lo mejor de nuestros cereales, de los frutos de todo árbol, del vino y del aceite se lo traeremos a los sacerdotes, para guardarlo en los departamentos de la Casa de nuestro Dios; también traeremos los diezmos de nuestro campo para los levitas. Los levitas cobrarán el diezmo en todas las ciudades campestres. (Nehemías 10, 38)
Un sacerdote hijo de Aarón irá con ellos cuando cobren el diezmo. Los levitas llevarán el diezmo de los diezmos a la Casa de nuestro Dios, a las bodegas donde se guarda el tesoro; (Nehemías 10, 39)
pues a estas bodegas los israelitas y los levitas traerán lo que deben en trigo, vino y aceite; allí se encuentran también los utensilios del Santuario, los sacerdotes que están de servicio y los porteros y cantores. Así no descuidaremos la Casa de nuestro Dios. (Nehemías 10, 40)
Estos son los jefes de la provincia que se quedaron viviendo en Jerusalén. Respecto a las ciudades de Judea, cada uno se estableció en su propiedad, en la ciudad de su familia, tanto el pueblo de Israel como sus sacerdotes y levitas, los ayudantes y los hijos de los siervos de Salomón. (Nehemías 11, 3)
De los levitas: Semaías, hijo de Jasub, hijo de Azricam, hijo de Jasabías, hijo de Buní; (Nehemías 11, 15)