Löydetty 154 Tulokset: Pasar

  • Porque no es cosa de poca importancia: esta palabra es su vida y, por ella, ustedes prolongarán sus días en el país que van a conquistar después de pasar el Jordán.» (Deuteronomio 32, 47)

  • Pues hemos sabido que Yavé secó las aguas del mar Rojo para que pudieran pasar al salir de Egipto. Sabemos cómo trataron a los dos reyes de los amorreos que vivían al otro lado del Jordán, a Sijón y a Og, a los que ustedes exterminaron por anatema. (Josué 2, 10)

  • y ordenaron a los israelitas lo siguiente: «Cuando vean pasar el Arca de la Alianza de Yavé, llevada por los sacerdotes de la tribu de Leví, ustedes saldrán de su campamento y la seguirán, porque ella les señala el camino. Pues ustedes nunca han pasado por ese camino. (Josué 3, 3)

  • Josué se lamentó: «Ay, Yavé, ¿por qué hiciste pasar a este pueblo el río Jordán para entregarnos después en manos del amorreo y exterminarnos? Mejor hubiera sido para nosotros permanecer al otro lado del Jordán. (Josué 7, 7)

  • «Síganme, porque Yavé ha entregado a la gente de Moab, nuestro enemigo, en manos de ustedes.» Bajaron con él, cortaron los pasos del Jordán hacia Moab y no dejaron pasar a nadie. (Jueces 3, 28)

  • Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom para decirle: Déjame, por favor, pasar por tu país; pero el rey de Edom no los atendió. Los envió también al rey de Moab, quien tampoco los dejó pasar, e Israel se quedó en Cadés; (Jueces 11, 17)

  • Israel mandó entonces mensajeros a Sijón, rey de los amorreos, que reinaba en Jesbón, y le dijo: Déjame, por favor, pasar por tu país hasta llegar a mi destino. (Jueces 11, 19)

  • Pero Sijón, desconfiando de Israel, no lo dejó pasar, reunió a toda su gente, acampó en Yahsá, y atacó a Israel. (Jueces 11, 20)

  • Galaad se apoderó de los vados del Jordán cortándoles el camino y cuando un fugitivo de Efraím decía: «Déjenme pasar», los hombres de Galaad le preguntaban: «¿Eres efraimita?», y si respondía: «No», le añadían: «Pues di Chibbolet.» (Jueces 12, 5)

  • Se sentaron y se pusieron a comer los dos y luego bebieron. Después el suegro le dijo: «Dígnate pasar aquí la noche y recréate.» (Jueces 19, 6)

  • Pero el levita no quiso pasar allí la noche; se levantó, partió y llegó frente a Jebús, o sea, Jerusalén. Llevaba consigo los dos burros cargados, su concubina y su criado. (Jueces 19, 10)

  • Cuando llegaban cerca de Jebús, que es ahora Jerusalén, ya era muy tarde. Así que el muchacho dijo a su patrón: «No caminemos más y entremos en la ciudad de los jebuseos para pasar allí la noche.» (Jueces 19, 11)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina