Löydetty 327 Tulokset: Pueblos
En este cerro quitará el velo de luto que cubría a todos los pueblos y la mortaja que envolvía a todas las naciones. (Isaías 25, 7)
Su respiración es como un torrente que se desborda y que le llega a uno hasta el cuello. El viene para colar a las naciones con un colador muy fino y a poner sus riendas con freno en el hocico de los pueblos. (Isaías 30, 28)
Al sentir tus amenazas huyen los pueblos, tú te paras, y las naciones se dispersan: (Isaías 33, 3)
Los pueblos quedarán reducidos a cenizas, como zarzamora cortada a la que le prende fuego. (Isaías 33, 12)
¡Naciones, vengan a presenciar, pueblos, pongan atención; tierra y todo lo que encierras, con tus continentes y sus habitantes, escucha! (Isaías 34, 1)
Islas, guarden silencio y atiéndanme, y que los pueblos se acerquen a mí. Adelántense para hablar, pues tenemos que litigar juntos. (Isaías 41, 1)
Porque tú vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas; por ti entregaría pueblos, porque te amo y eres importante para mí. (Isaías 43, 4)
Que se reúnan todas las naciones y se junten los pueblos. ¿Quién de de ustedes dijo lo que pasaría y anunció lo que ya ocurrió? Que presenten testigos a favor suyo, para que al escuchar digamos: «¡Es cierto!» (Isaías 43, 9)
Escúchenme, islas lejanas, pongan atención, pueblos. Yavé me llamó desde el vientre de mi madre, conoció mi nombre desde antes que naciera. (Isaías 49, 1)
El Señor Yavé te responde de esta manera: Hago señas con la mano a las naciones y levanto mi bandera para que la vean los pueblos. Te traerán a tus hijos en brazos y a tus hijas sobre los hombros. (Isaías 49, 22)
Pueblos, pónganme atención, y escúchenme, naciones, porque de mí saldrá la Ley y mis sentencias que serán la luz de los pueblos. (Isaías 51, 4)
Mi justicia está por llegar; ya he mandado mi salvación y aquí vengo yo para gobernar a los pueblos. Las islas también esperan en mí y cuentan con mi intervención. (Isaías 51, 5)