Löydetty 42 Tulokset: Sagradas

  • a todos aquellos cuyo corazón está dispuesto a buscar a Yavé Dios, el Dios de sus padres, aunque no tengan la pureza requerida para las cosas sagradas.» (2 Crónicas 30, 19)

  • Los hijos de Israel y de Judá que vivían en las ciudades trajeron también el diezmo del ganado mayor y menor y el diezmo de las cosas sagradas, consagradas a Yavé, su Dios, y los dieron por montones. (2 Crónicas 31, 6)

  • y llevaron allí constantemente las ofrendas reservadas, los diezmos y las cosas sagradas. El levita Gonanías fue nombrado intendente, y Simí, hermano suyo, era el segundo. (2 Crónicas 31, 12)

  • Hubo que inscribir a todos sus niños, sus mujeres, sus hijos e hijas, junto con toda la asamblea, mientras ellos permanecían atareados en las cosas sagradas. (2 Crónicas 31, 18)

  • Asaron la Pascua al fuego, según el ritual; cocieron las cosas sagradas en ollas, calderas y cazuelas, y las repartieron con rapidez entre la gente del pueblo. (2 Crónicas 35, 13)

  • Todo Israel, en tiempo de Zorobabel y de Nehemías, daba a los cantores y a los porteros lo necesario para cada día. A los levitas se les entregaban las cosas sagradas, y éstos cedían a los hijos de Aarón lo que les correspondía. (Nehemías 12, 47)

  • Incluso las primicias del trigo y las décimas del vino y del aceite, cosas sagradas y reservadas a los sacerdotes de Jerusalén y que ningún laico puede tocar ni siquiera con las manos. (Judit 11, 13)

  • Feliz tu invitado, tu elegido para hospedarse en tus atrios. Sácianos con los bienes de tu casa, con las cosas sagradas de tu Templo. (Salmos 65, 5)

  • Según él, se suprimían las víctimas consumidas por el fuego, los sacrificios y otras ofrendas en el Santuario. Se debía tener por días ordinarios no sólo los sábados, sino también las fiestas sagradas. (1 Macabeos 1, 45)

  • Los sacerdotes estaban ante el altar con sus vestiduras sagradas y suplicaban al Cielo: el que había dado la ley sobre los bienes en depósito, debía conservarlos para quienes los habían depositado. (2 Macabeos 3, 15)

  • Así dejaré a los jóvenes un ejemplo generoso, muriendo valientemente por las sagradas y santas leyes.» Habiendo dicho esto, se entregó al suplicio. (2 Macabeos 6, 28)

  • Teme al Señor y honra al sacerdote; dale su parte como se te ha mandado: las primeras cosechas de tu campo, el sacrificio por el pecado, el lomo de las víctimas, las ofrendas santas y las primicias de las cosas sagradas. (Sirácides (Eclesiástico) 7, 31)


“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina