Löydetty 40 Tulokset: Santidad

  • y que al resucitar de entre los muertos por obra del Espíritu de santidad,ha sido designado Hijo de Dios revestido de su poder. De él, Cristo Jesús, nuestro Señor, (Carta a los Romanos 1, 4)

  • Por gracia de Dios ustedes están en Cristo Jesús. El ha pasado a ser sabiduría nuestra venida de Dios, y nuestro mérito y santidad, y el precio de nuestra libertad. (1º Carta a los Corintios 1, 30)

  • Hay algo de lo que nos sentimos orgullosos: nuestra conciencia nos asegura que la santidad y la sinceridad de Dios han inspirado siempre nuestra conducta en este mundo, especialmente respecto a ustedes. No nos han movido razones humanas, sino la gracia de Dios. (2º Carta a los Corintios 1, 12)

  • Si tan grande fue el ministerio que sentenciaba la condenación, ¿no lo será mucho más todavía el que procura la santidad? (2º Carta a los Corintios 3, 9)

  • Revístanse, pues, del hombre nuevo, el hombre según Dios que él crea en la verdadera justicia y santidad. (Carta a los Efesios 4, 24)

  • habiendo hecho madurar, gracias a Cristo Jesús, el fruto de la santidad. Esto será para gloria de Dios, y un honor para mí. (Carta a los Filipenses 1, 11)

  • Que cada uno se comporte con su esposa con santidad y respeto, (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 4)

  • Pues Dios no nos llamó a vivir en la impureza, sino en la santidad. (1º Carta a los Tesalonicenses 4, 7)

  • de este modo el que comunicaba la santidad se identificaría con aquellos a los que sanctificaba. Por eso él no se avergüenza de llamarnos hermanos, cuando dice: (Carta a los Hebreos 2, 11)

  • El que se queda con la leche no entiende todavía el lenguaje de la vida en santidad, no es más que un niño pequeño. (Carta a los Hebreos 5, 13)

  • La sangre de chivos y de toros y la ceniza de ternera, con la que se rocía a los que tienen alguna culpa, les dan tal vez una santidad y pureza externa, (Carta a los Hebreos 9, 13)

  • Nuestros padres nos corregían sin ver más allá de la vida presente, tan corta, mientras que El mira a lo que nos ayudará a alcanzar su propia santidad. (Carta a los Hebreos 12, 10)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina