Löydetty 105 Tulokset: Tobías y Sara

  • Edna dijo a Tobías: «Hijo querido, ¡ojalá vuelvas para que yo vea a tus hijos antes de morir! Confío mi hija a tu protección. No le causes tristezas.» (Tobías 10, 13)

  • Tobías salió de casa de Ragüel bendiciendo a Dios, que había lTobado su viaje a un tan feliz éxito, y bendijo a Ragüel y a su esposa Edna. (Tobías 10, 14)

  • Rafael dijo a Tobías: «Tú sabes en qué situación dejamos a tu padre; (Tobías 11, 2)

  • tuvo una corazonada y dijo a su marido: «Ya viene tu hijo con el hombre que lo acompañó.» Mientras iban de camino hacia el padre, Rafael dijo a Tobías: (Tobías 11, 6)

  • Tobías corrió hacia él, lTobando en la mano la hiel del pez; sopló sobre los ojos, lo abrazó, y le dijo: «Padre, ten confianza.» (Tobías 11, 11)

  • ¡Bendito sea Dios! ¡Bendito su gran Nombre! ¡Benditos todos sus ángeles! ¡Bendito sea su Nombre para siempre, porque me castigó, pero tuvo piedad, y ahora veo a mi hijo Tobías! (Tobías 11, 14)

  • Tobías entró muy contento, bendiciendo al Señor. Luego contó al padre el éxito de su viaje, cómo consiguió el dinero, y su matrimonio con Sara, hija de Ragüel, que venía ya cerca de las puertas de Nínive. (Tobías 11, 15)

  • Después se acercó a Sara y la bendijo así: «¡Bien venida, hija! Bendito sea Dios que te trajo hasta nosotros, y benditos tus padres.» (Tobías 11, 17)

  • Tobit llamó a su hijo Tobías y le dijo: «Hijo mío, es necesario que pagues su sueldo al hombre que te acompañó. (Tobías 12, 1)

  • Y debemos añadir algo más.» Respondió Tobías: «Padre, no es demasiado si le doy la mitad de lo que traje. (Tobías 12, 2)

  • cuando tú y Sara rezaban, yo presentaba tus oraciones al Señor. (Tobías 12, 12)

  • Cuando estaba cercano a la muerte, llamó a Tobías y le dijo: (Tobías 14, 3)


“A pessoa que nunca medita é como alguém que nunca se olha no espelho e, assim, não se cuida e sai desarrumada. A pessoa que medita e dirige seus pensamentos a Deus, que é o espelho de sua alma, procura conhecer seus defeitos, tenta corrigi-los, modera seus impulsos e põe em ordem sua consciência.” São Padre Pio de Pietrelcina