Löydetty 13 Tulokset: antorchas
Gedeón dividió a sus trescientos hombres en tres bandos. A todos les pasó luego las trompetas y los jarrones vacíos, dentro de los cuales había antorchas encendidas. (Jueces 7, 16)
Entonces los israelitas rompieron los jarrones, sacaron las antorchas y tocaron los cuernos con la otra mano. Así lo hicieron los tres bandos, gritando: «¡Por Yavé y por Gedeón!» (Jueces 7, 20)
Se fue Sansón y cazó trescientas zorras, tomó unas antorchas y juntando a los animales cola con cola puso una antorcha entre cada dos colas. (Jueces 15, 4)
Prendió fuego a las antorchas y luego, soltando las zorras por las mieses de los filisteos, incendió las gavillas y el trigo todavía en pie y las viñas y olivares. (Jueces 15, 5)
Fue muy bien recibido por Jasón y por toda la ciudad, e hizo su entrada entre aclamaciones y antorchas. Después se fue con sus tropas a Fenicia. (2 Macabeos 4, 22)
Pero todos ustedes que encienden un fuego y que forman un círculo con antorchas, ¡vayan a las llamas de su hoguera y que sus antorchas los quemen! Ustedes se revolverán en sus tormentos y esto será la obra de mis manos. (Isaías 50, 11)
Entre los seres había como carbones ardientes: se diría que había un baile de antorchas entre esos seres; el fuego iluminaba, y del fuego surgían relámpagos. (Ezequiel 1, 13)
Su cuerpo era como de crisólito, su rostro era como el brillo del relámpago, sus ojos como antorchas encendidas, sus brazos y piernas brillantes como bronce pulido, y el rumor de sus palabras como el rumor de una multitud (Daniel 10, 6)
Sus valientes llevan el escudo rojo, sus guerreros están vestidos de púrpura. Los carros alistados brillan como antorchas y sus hombres llevan el casco. (Nahún 2, 4)
Se lanzan a las calles y corren por las plazas, como antorchas encendidas, como relámpagos. (Nahún 2, 5)
Ese día andaré con antorchas, registrando Jerusalén para castigar a esos hombres que se quedan sentados en sus basuras y piensan: «¡Total, Yavé no hace ni bien ni mal!» (Sofonías 1, 12)
Judas hizo de guía a los soldados romanos y a los guardias enviados por los jefes de los sacerdotes y los fariseos, que llegaron allí con linternas, antorchas y armas. (Evangelio según San Juan 18, 3)