Löydetty 195 Tulokset: buen testimonio
Vi al Señor que me decía: «Muévete y sal pronto de Jerusalén, pues no escucharán el testimonio que les des de mí.» (Hecho de los Apóstoles 22, 18)
Aquella misma noche el Señor se acercó a Pablo y le dijo: «¡Animo! Así como has dado testimonio de mí aquí en Jerusalén, tendrás que darlo también en Roma.» (Hecho de los Apóstoles 23, 11)
Pero, con la ayuda de Dios, seguí dando mi testimonio a grandes y pequeños hasta el día de hoy. En ningún momento me aparto de lo que Moisés y los Profetas dijeron de antemano: (Hecho de los Apóstoles 26, 22)
Que Dios, de quien procede toda perseverancia y consuelo, les conceda también a todos vivir en buen acuerdo, según el espíritu de Cristo Jesús. (Carta a los Romanos 15, 5)
Yo puse los cimientos como buen arquitecto, pues recibí ese talento de Dios, y otro construye encima. Que cada uno, sin embargo, se pregunte cómo construye encima. (1º Carta a los Corintios 3, 10)
Si uno de ellos te ve a ti, con tu buen conocimiento, sentado a la mesa en un salón del templo, su conciencia poco formada se dejará arrrastrar y comerá también él esa carne. (1º Carta a los Corintios 8, 10)
tengan buen calzado, estando listos para propagar el Evangelio de la paz. (Carta a los Efesios 6, 15)
Y si Dios empezó tan buen trabajo en ustedes, estoy seguro de que lo continuará hasta concluirlo el día de Cristo Jesús. (Carta a los Filipenses 1, 6)
Reciban saludos de su compatriota Epafras; es un buen servidor de Cristo Jesús que siempre está orando fervientemente por ustedes para que sean perfectos y produzcan todos los frutos que Dios desea. (Carta a los Colosenses 4, 12)
Mas ahora Timoteo acaba de volver y nos trae buenas noticias de su fe y su caridad. Nos dice que conservan siempre buen recuerdo de nosotros y que tienen tantas ganas de vernos como nosotros a ustedes. (1º Carta a los Tesalonicenses 3, 6)
Vendrá aquel día para ser glorificado en la persona de sus santos y para que todos admiren su obra en los que creyeron, entre los que están ustedes, que acogieron nuestro testimonio. (2º Carta a los Tesalonicenses 1, 10)
Al darte estas recomendaciones, Timoteo, hijo mío, pienso en las profecías que fueron pronunciadas sobre ti; que ellas te guíen en el buen combate que debes realizar. (1º Carta a Timoteo 1, 18)