Löydetty 106 Tulokset: carros

  • Entró en Egipto con un poderoso ejército, con carros de guerra, elefantes, caballos y una gran armada. (1 Macabeos 1, 17)

  • Habían vencido a Antíoco el Grande, rey de Asia, que les presentó batalla con ciento veinte elefantes, con caballería, carros y un ejército muy poderoso. Fue derrotado y, después de caer en sus manos, (1 Macabeos 8, 6)

  • y que con él venía Lisias, su tutor y jefe del gobierno. Cada uno de ellos mandaba un ejército griego de ciento diez mil hombres de infantería, cinco mil trescientos jinetes, veintidós elefantes y unos trescientos carros de guerra con hoces. (2 Macabeos 13, 2)

  • No sé cómo, de repente se me oocurrió: encabecé los carros de guerra de mi pueblo. (Cantar 6, 12)

  • Su país está lleno de caballos y sus carros de guerra son numerosos. Su país está lleno de ídolos, pues se inclinan ante la obra de sus manos, ante la figura que modelaron sus dedos. (Isaías 2, 8)

  • Sus flechas son muy puntiagudas, todos sus arcos estirados, los cascos de sus caballos son como de piedra, las ruedas de sus carros igual que el huracán. (Isaías 5, 28)

  • Tus más hermosos valles están llenos de carros, y la caballería toma posiciones frente a las puertas. (Isaías 22, 7)

  • Pero ustedes no lo han aceptado y han dicho: «¡Mejor huiremos a caballo!» ¡Pues bien, huyan no más! Y han añadido: «En rápidos carros.» -¡Muy bien, sus perseguidores seran todavía más rápidos! (Isaías 30, 16)

  • ¡Pobres de aquellos que bajan a Egipto, por si acaso consiguen ayuda! Pues confían en la caballería, en los carros de guerra, que son numerosos, y en los jinetes, porque son valientes. ¿Por qué no hicieron caso del Santo de Israel y no consultaron a Yavé? (Isaías 31, 1)

  • ¡Pero ni siquiera eres capaz de hacer retroceder al más insignificante de los generales de mi patrón! Mientras confiabas en Egipto, pensando que te daría carros y caballerías, (Isaías 36, 9)

  • Por boca de tus mensajeros has insultado a Yavé; «Con mis innumerables carros -dijiste, he subido a las más altas montañas, en las faldas del Líbano. He cortado sus altos bosques de cedros y sus cipreses más hermosos, He llegado hasta su más remotos escondites, hasta sus frondosas selvas. (Isaías 37, 24)

  • que empujó al combate carros y caballería, un ejército con toda su gente: y quedaron tendidos, para no levantarse más, se apagaron como una mecha que se consume. (Isaías 43, 17)


“A maior alegria de um pai é que os filhos se amem, formem um só coração e uma só alma. Não fostes vós que me escolhestes, mas o pai celeste que, na minha primeira missa, me fez ver todos os filhos que me confiava”.(P.e Pio) São Padre Pio de Pietrelcina