Löydetty 134 Tulokset: castigo

  • Los hombres, asimismo, dejan la relación natural con la mujer y se apasionan los unos por los otros; practican torpezas varones con varones, y así reciben en su propia persona el castigo merecido por su aberración. (Carta a los Romanos 1, 27)

  • Si tu corazón se endurece y te niegas a cambiar, te estás preparando para ti mismo un gran castigo para el día del juicio, cuando Dios se presente como justo Juez. (Carta a los Romanos 2, 5)

  • Con mucha más razón ahora nos salvará del castigo si, por su sangre, hemos sido hechos justos y santos. (Carta a los Romanos 5, 9)

  • Y David dice: Que sus banquetes sean trampa y un lazo, una piedra donde caigan ellos mismos y encuentren ahí su castigo. (Carta a los Romanos 11, 9)

  • Así, pues, hay que obedecer, pero no solamente por miedo al castigo, sino por deber de conciencia. (Carta a los Romanos 13, 5)

  • Castigo mi cuerpo y lo tengo bajo control, no sea que después de predicar a otros yo me vea eliminado. (1º Carta a los Corintios 9, 27)

  • De ellos éramos también nosotros, y nos dejamos llevar por las codicias humanas, obedeciendo a los deseos de nuestra naturaleza y consintiendo sus proyectos. E íbamos directamente al castigo, lo mismo que los demás. (Carta a los Efesios 2, 3)

  • Miren cuán inflexible era la Ley entregada por los ángeles, pues toda falta o desobediencia recibía su castigo. (Carta a los Hebreos 2, 2)

  • Esforcémonos, pues, para entrar en ese descanso, y que nadie merezca, por su falta de fe, el castigo de que hablamos. (Carta a los Hebreos 4, 11)

  • ¿Qué pasará entonces con el que pisoteó al Hijo de Dios? ¿Qué castigo merecerá, según ustedes, el que ha profanado la sangre de la alianza con la cual fue santificado y ha insultado al Espíritu, don de Dios? (Carta a los Hebreos 10, 29)

  • Porque, ¿qué mérito habría en soportar el castigo cuando se ha faltado? En cambio, si pueden soportar que los traten mal cuando han actuado bien, eso es grande ante Dios. (1º Carta de Pedro 2, 20)

  • En el amor no hay temor. El amor perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme, no conoce el amor perfecto. (1º Carta de Juan 4, 18)


“Mesmo quando perdemos a consciência deste mundo, quando parecemos já mortos, Deus nos dá ainda uma chance de entender o que é realmente o pecado, antes de nos julgar. E se entendemos corretamente, como podemos não nos arrepender?” São Padre Pio de Pietrelcina