Löydetty 14 Tulokset: cautiverio

  • Estas son las personas de la provincia de Judá que regresaron del cautiverio, que Nabucodonosor, rey de Babilonia, había deportado a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada una a su ciudad. (Esdras 2, 1)

  • Se desploman y se caen junto con éstas, incapaces de salvar a las que los transportan. Ellos también van al cautiverio. (Isaías 46, 2)

  • Y si te preguntan: ¿Dónde? Diles: Así habla Yavé: Quien está condenado a la peste, a la peste; quien a la espada, a la espada; quien al hambre, al hambre; y quien al cautiverio, al cautiverio. (Jeremías 15, 2)

  • en ese caso ¡tampoco me preocuparé de la familia de Jacob y de David, mi servidor, ni tomaré más de entre sus descendientes a quienes gobiernen la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob; pues quiero que vuelvan de su cautiverio y demostrarles así compasión. (Jeremías 33, 26)

  • Vendrá y castigará a Egipto: Quien esté destinado a la peste, a la peste, quien al cautiverio, al cautiverio, quien a la espada, a la espada. (Jeremías 43, 11)

  • ¡Ay de ti, Moab! ¡Estás perdido, pueblo de Camos! Pues tus hijos han sido llevados al destierro y tus hijas al cautiverio. (Jeremías 48, 46)

  • Es justo Yavé, porque fui rebelde a sus órdenes. Escuchen, pues, pueblos todos, y miren mi dolor. Mis vírgenes y mis jóvenes han ido al cautiverio. (Lamentaciones 1, 18)

  • Tus profetas anunciaron para ti falsedad y tonterías. No te descubrieron tu culpa para ahorrarte el cautiverio. Tuvieron para ti presagios de falsedad y de ilusión. (Lamentaciones 2, 14)

  • He visto el cautiverio de mis hijos y de mis hijas, a que los llevó el Eterno. (Baruc 4, 10)

  • Vengan las ciudades vecinas de Sión y recuerden el cautiverio de mis hijos e hijas a que el Eterno los llevó. (Baruc 4, 14)

  • Lo pusieron encadenado en una jaula y se lo llevaron a Babilonia ( ) donde lo dejaron en cautiverio: ¡ya no se oirá más su voz por las montañas de Israel! (Ezequiel 19, 9)

  • Los jóvenes de On y de Pi-Beset morirán a espada: la ciudad se irá al cautiverio. (Ezequiel 30, 17)


“O demônio é forte com quem o teme, mas é fraquíssimo com quem o despreza.” São Padre Pio de Pietrelcina